Artículo publicado el 23 de marzo de 2022
Artículo de Fran Palacios Personal Trainer , Strength Coach y Sport Nutrition publicado en la página web Sportcoah
El entrenamiento, la planificación, la prevención y el soporte deben ser diseñados para la mente al igual que para el cuerpo. La lesión mental sale del armario Se le da suficiente valor al plan psicológico como componente clave del rendimiento?.
El entrenamiento, la planificación, el seguimiento, la prevención y el soporte deben ser diseñados para la mente al igual que para el cuerpo. En caso contrario, existe riesgo de salud física y mental, y de lesión física y mental. Veamos cómo la lesión mental sale del armario, por fin.
El Tokio 2020 de 2021 pasará a la historia por las lesiones mentales
Al principio parecía que los Juegos Olímpicos (JJOO) de Tokio 2020 serían genuinamente recordados como aquellos que se retrasaron en 2021 con motivo de una pandemia global; esto ha quedado relegado a un escenario de fondo que indudablemente ha exacerbado algo que nunca olvidaremos de Tokio 2020, la castigada salud mental de los deportistas de élite.
La «salida del armario» de Simone Bilas
Simone Bilas ha mostrado gran firmeza al tomar la decisión de priorizar su salud mental frente a sus aspiraciones olímpicas, y ha generado gran alivio, liberación y agradecimiento a la comunidad deportiva de élite donde tantos se ven reflejados y muchos ya lo han podido hacer público.
Hay estudios científicos que afirman que más del 30% de los deportistas de élite sufren algún desorden de salud mental. Pero esto son meros metadatos que nos informan pero no nos conmueven. Ha sido necesario presenciar el gesto valiente de Biles para empezar a concienciarnos y hacer este problema un poco nuestro.
Fotografia: MMT Seguros
El oro brilla, pero pesa mucha más
El oro de las medallas olímpicas tiene un brillo especial pero también un peso excesivo que sólo cargan los que se las cuelgan. Lo confirma el mayor medallista de la historia Michael Phelps, nadador estadounidense y, entre otros, la ciclista de montaña sueca Jenny Rissveds , oro en Río y decimocuarta en Tokio, al celebrar que hubiera terminado no solo la pasada competición sino los cinco años en los que tuvo que soportar el duro peso de ser la vigente campeona olímpica.
La burbuja organizada en torno a las premisas olímpicas japonesas no sólo ha impedido que hubiera audiencia física sino que los propios familiares de los deportistas no les hayan podido acompañar. Esta ausencia de calidez humana junto al exceso de la climatológica y sumada al retraso de un año en el que entrenarse en condiciones normales ha sido prácticamente imposible han dado “afortunadamente” el protagonismo que merece la salud mental en el deporte de élite.
Excusamos un esguince de tobillo y animamos al lesionado, pero que sufre estrés o depresión no le reconocemos la lesión (mental) y lo etiquetamos de débil.
Podríamos aducir falta de apoyo por parte de los diferentes comités olímpicos. Sin embargo, existen numerosas iniciativas y proyectos promovidos por estas instituciones donde multitud de profesionales están al servicio del deporte de élite velando por la salud mental de los participantes. Por nombrar algunas, el “ Mentally Fit Helpline ”, el “ Olympic State of Mind ”. etc.
Si el enemigo es invisible no vende
En las últimas décadas, racismo, sexismo y abusos, entre otros, han tenido el foco de atención en el mundo del deporte. Destapar al malo de la película con un rimbombante titular ha tenido más incentivo que hablar del estrés, depresión, trastornos alimenticios y otros desórdenes que sufren en silencio tantos deportistas de élite.
Para ser medallista no es suficiente con dejarse la piel, hay que ser genéticamente privilegiado y superior a la media. Nuestro error es dar por sentado que esta superioridad, o privilegio, trasciende lo fisiológico y se extiende a lo psicológico. Excusamos un esguince de tobillo y animamos al lesionado, pero que sufre estrés o depresión no le reconocemos la lesión (mental) y lo etiquetamos de débil.
Ésta es precisamente la presión que cargan los deportistas de élite, el estigma que por fin ha roto Simone Bils que al ser débil ha sido fuerte. Decir que la lesión mental sale del armario es una gran noticia para superar ese estigma.
Conclusiones finales
Hace unos días participé en un triatlón olímpico por grupos de edad después de casi dos años sin colgarme un dorsal. Como entrenador de resistencia y aficionado al triatlón de media y larga distancia un amigo me comentaba que esta carrera habría sido coser y cantar, nada más lejos de la realidad.
Aunque al final terminé bien, pude contarle con naturalidad que al empezar a nadar tuve momentos de pánico, con pensamientos negativos que no sólo me invitaban a abandonar la carrera, sino a cuestionar mi vocación y afición.
Como deportista popular esto es algo que me puedo plantear y permitir sin presión ni repercusión. Desgraciadamente, un deportista de élite que hiciera estas declaraciones podría ser aplastado por el impacto mediático.
Afortunadamente, ya podemos hablar de que la lesión mental sale del armario por no volver a esconderse.