La inteligencia emocional: somos el ejemplo de nuestros pequeños

Artículo publicado el 7 de agosto de 2022

Artículo de Vanessa Civera, pedagoga y terapeuta en publicado en RED CENIT en junio de 2022.

Hace unas semanas, desde Red Cenit se hizo referencia a un concepto llamado” Soft Skills”, donde el sistema educativo está cambiando de paradigma en lo referente a la importancia de desarrollar la inteligencia emocional en la educación desde la infancia, considerando relevante el aprendizaje de las habilidades necesarias para gestionar nuestras emociones y crecer como personas.

En muchas ocasiones, desde la práctica diaria a nivel profesional, nos encontramos con adultos a los que les es muy complicado gestionar sus emociones propias y, en consecuencia, las de sus hijos e hijas. Por tanto, nos podríamos plantear el hecho de que si ese adulto es el modelo a seguir del niño, tenemos un gran problema del que la sociedad tiene que ser consciente.

Cuando la base de la educación parte desde un punto emocional, es lo que prevalece en la forma en que vamos a recordar cada uno de los aprendizajes desde pequeños. La motivación y la emoción van de la mano y es la combinación perfecta. por lo que nos debemos parar a reflexionar en ello y llegar a aplicarlo en todos los ámbitos; desde lo profesional a lo educativo y a lo personal.

Un ejemplo sencillo sería, si cuando me encuentro rodeado de naturaleza hace que me sienta feliz y con una sensación de bienestar y calma. Entonces, puedo identificar estas emociones en mi estado físico y psíquico con lo que me motiva a aprender sobre aprendizajes referentes a la naturaleza. Y así, podríamos ejemplificar más cosas: con la música, con el arte, etc., y pararnos a pensar…¿cuáles son las cosas que nos emocionan? Quizás desde aquí, como adultos, darnos cuenta y empatizar con las cosas que emocionan a los más pequeños. Enseñar a los más pequeños a reconocer sus emociones hace que se conozcan mejor y puedan aprender a automotivarse.

Es importante tener en cuenta que se necesitaría mostrar de alguna forma este contacto con la naturaleza, es decir, que no sólo estuviese descrito en unas hojas de libros. Por ello, algunas formas nuevas de enseñanza incluyen la naturaleza en todas sus formas en su día a día. En este punto nos referiremos a las metodologías activas que fomentan la iniciativa y la participación y donde cada uno es el protagonista de sus aprendizajes. Son los sentidos los que nos dan experiencias y a su vez nos hacen sentir diversas emociones que nos hacen estar más conectados con un mismo y con todo lo que le rodea.

Fotografia: CB Gran Canaria

Volviendo al punto anterior, en el que se ha mencionado la dificultad que los adultos tienen para manejar sus emociones, vamos a exponer el MODELO DE SALOVEY Y MAYER que se basa en la identificación de cuatro factores en la inteligencia emocional:

"Cuando la base de la educación parte desde un punto emocional, es lo que prevalece en la forma en que vamos a recordar cada uno de los aprendizajes desde pequeños. La motivación y la emoción van de la mano y es la combinación perfecta. por lo que nos debemos parar a reflexionar en ello y llegar a aplicarlo en todos los ámbitos; desde lo profesional a lo educativo y a lo personal" 

  1. Percibir las emociones: lo primero es poder comprender las emociones que se perciben de forma precisa. Para ello hay que entender tanto las señales verbales como las no verbales.
  2. Razonamiento emocional: consiste en utilizar las emociones para suscitar un pensamiento y con ello una actividad cognitiva.
  3. Comprender las emociones: conocer el significado, de donde provienen y qué quieren expresar las emociones que estamos teniendo o que sienten las personas que nos rodean.
  4. Manejo de las emociones: es quizás el factor más clave y poderoso. Regular las emociones para poder manejarlas y responder de la mejor forma posible.

Sería de gran importancia que el adulto que acompaña a sus hijos e hijas, haga una introspección y una autoevaluación de este modelo para medir la inteligencia emocional, así entonces podrá ser el ejemplo que ellos y ellas buscan en sus referentes. 

A nivel práctico, y para concluir, vamos a citar algunos sistemas para medir la inteligencia emocional en niños y adultos. Quizás este sea un buen momento para pararnos a pensar, ser conscientes y dar lo mejor de nosotros.

“Desde pequeña siempre he sentido que las emociones son el motor que mueve el mundo. Con mi granito de arena, intento mover mi mundo y acompañar a familias con sus hijos en sus procesos emocionales. Siempre hay caminos que nos enseñan algo y siempre les comento que el juicio no es uno de ellos.Siento que el cambio está en uno mismo, así cuando uno cambia, lo demás cambian. Hagamos entonces que todos nos sintamos libres de expresar nuestras emociones; esto ya es un cambio…sin JUICIOS, solo desde el corazón.”


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