Artículo publicado el 27 de febrero de 2022
Artículo de la ex-jugadora profesional y psicóloga deportiva Mar Rovira publicado en su página web en octubre de 2017.
Nos vienen bombardeando en los últimos años con ideas como que SOMOS LOS ÚNICOS RESPONSABLES de nuestro éxito y que con buena ACTITUD todo se soluciona. Y son muchos de mis colegas de profesión los que ayudan a extender esta manera de ver la vida.
Me parece muy arriesgado el obviar nuestro entorno, donde hemos nacido, cuando, que procesos innovadores se estaban creando, como estaba la riqueza repartida, que políticas se establecieron en ese momento…en definitiva, el ENTORNO.
El sociólogo Robert Merton fue el primero en hablar del efecto Mateo, en referencia al siguiente versículo:
«Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado». (Mateo 25:29).
Todos hemos experimentado o visto en los demás lo que los sociólogos llaman la ventaja acumulativa: esa serie de OPORTUNIDADES especiales que algunos reciben y otros no, y que no han provocado ellos, que ayuda a que unos puedan encarar el camino del éxito y otros lo tengan muchísimo más difícil, aun siendo igual de talentosos.
Una ventaja acumulativa muy interesante en el mundo del deporte de formación es la edad relativa. El psicólogo canadiense Roger Barnsley fue el primero en fijarse en dicho fenómeno. Y os digo que su efecto es de los más claros que he visto en psicología.
Barnsley comprobó que en cualquier equipo de la élite de hockey de su país, el 40% de los jugadores había nacido entre enero y marzo, el 30% entre abril y junio, el 20% entre julio y septiembre y el 10% entre octubre y diciembre.
Esto sucedía porque la edad de corte para ubicar a los jugadores en las diferentes categorías es el 1 de enero, como en la mayoría de deportes. Además, a los 9 años hay un programa nacional que selecciona «a los mejores» para entrenarlos para el equipo nacional. Si consigues entrar en ese grupo selecto, esa ventaja aleatoria inicial (haber nacido los primeros meses del año) se convertirá en una ventaja acumulativa. Ahora solo hace falta aprovecharla. El problema de esta manera de funcionar es que al hacer la selección tan pronto, confundes madurez con capacidad y puede que te estés dejando atrás al 50% de los chaval@s.
Pero veamos que pasa en un entorno más cercano. Si analizamos los datos de las fechas de nacimiento de jugador@s catalanes que juegan en la élite actualmente, sobre una muestra de 77 jugador@s, el 40% nació entre enero y marzo, el 20% entre abril y junio, el 22% entre julio y septiembre y el 16% entre octubre y diciembre. ¡Espectacular! Para pensar, ¿no?
Cortesia Federació Catalana Basquetbol.
¿Qué factores se tienen que dar para que la edad relativa sea tan determinante? Barnsley delimita tres:
¿Podríamos hacer algo nosotros para suavizar este efecto?
El objetivo sería que los niñ@s en estadios iniciales pudieran experimentar el logro en vez de la frustración continua independientemente de su mes de nacimiento. Vale la pena hacer un esfuerzo y pensar sobre ello porque los datos allá donde los busquemos nos muestran dicha tendencia.
¡No nos dejemos a nadie por el camino!