El papel del entrenador

Artículo publicado el 25 de septiembre de 2022 

Artículo del entrenador italiano referentes Sandro Gamba publicado en marzo de 2011 en la página we basketparatodos.

Un entrenador debe ser capaz de elegir y seleccionar y debe entender qué cosas importantes deben aprender los jugadores. El éxito de un entrenador no está en las estrategias, sino en su habilidad para enseñar los cimientos a los jugadores. El jugador debe entender que el talento no es suficiente para convertirse en un gran jugador, trabajando sólo en esto, será un jugador de segunda categoría. Entrenar no es una ciencia exacta, nadie puede catalogarlo, por eso nadie tiene las reglas exactas: es imposible que un entrenador tenga siempre la razón. A alguien le puede no gustar lo que yo enseño y viceversa. A mí no me gusta lo que enseñan algunos entrenadores: eso es obvio. Un entrenador de baloncesto debe tener una buena cultura deportiva. No necesita ser un científico, pero está bien que por ejemplo hable con entrenadores de fútbol. A veces sólo algo es necesario para aumentar nuestra cultura deportiva. Esto ayuda a tener nuestra propia filosofía: el entrenador que no tiene su propia filosofía es como un árbol azotado por el viento. 

Los entrenadores que, tras perder, escuchan a los amigos, periodistas o fans que les dicen «Deberías jugar de otra manera», cometen el mayor error. Cuando un entrenador escucha a sus fans, más tarde o más temprano acabará sentándose entre ellos a ver el partido. El entrenador debe tener su propio estilo, saber que debe esperar de los jugadores, conocer sus habilidades y aspirar siempre al máximo. El peor hábito (muy corriente entre los entrenadores jóvenes) es copiar el estilo del equipo campeón (ataque, defensa, situaciones especiales). Al año siguiente si usted gana otro equipo diferente lo copiará igualmente, esto es un gran error. Se puede coger un poco de otros equipos, pero debes adaptar estos conceptos a tu equipo, no puedes coger todo de los demás entrenadores. 

Un entrenador debe tener fe en sí mismo, como en cualquier otro trabajo. Debe creer en lo que está haciendo sin escuchar a fans, periodistas, etc. Un entrenador debe ser capaz de cambiar cualquier cosa en el momento exacto. 

Tiene que creer en lo que está enseñando. Yo tengo suerte porque he tenido la experiencia de haber sido jugador. He jugado 20 años en el nivel más alto. He jugado partidos internacionales, dos olimpiadas, y el recuerdo de estas experiencias me ha ayudado en las relaciones con los jugadores. No soy perfecto, me he equivocado muchas veces, pero tengo ventaja gracias a estas experiencias. 

He copiado muchos entrenadores: copiar no es vergonzoso, ¿voy a un clínic?, ¿veo algo así en la pizarra? He copiado a los entrenadores anteriores a mí. Los entrenadores no eran burros, ellos hicieron algo bueno. Siempre he mirado lo que hicieron y he tomado algo. 

Si un entrenador no es famoso y hace algo mal, comienza a dudar de sí mismo. Lo que ha ganado mucho tiene mucha fe en sí mismo: la ventaja de un entrenador ganador es que los jugadores le siguen. 

Cuando dice algo, los jugadores le escuchan atentamente, porque ellos saben que es un ganador. El estilo de vida de un entrenador debe ser sencillo y ejemplar. No debe ser un santo, pero cuando un entrenador vive con los jugadores mucho tiempo, él debe dar ejemplo. Si yo les digo que no fumen, yo no fumo. El equipo refleja el estilo de su entrenador. 

Hay entrenadores que se sienten perseguidos, sus jugadores también: gritan, lloran. Esto es obvio. Si hay un entrenador vago, el equipo es vago. El equipo juega con el estilo de su entrenador. Ante todo el entrenador debe ser correcto. Cuando pierde, no debe volverse loco al vestuario o frente a los periodistas hablando irracionalmente. Cuando gana no debe estar demasiado alegre, debe tener control sobre sí mismo. Si está deprimido, el equipo se deprime y reaccionará de forma equivocada. La mayor joya lleva a menudo a la mayor depresión. 

Fotografia: Pivot world 9

Él no ha visto, debe entender que se ha equivocado y debe ser capaz de incluir algo nuevo en su filosofía. Yo he estado desde 1967, inflexible, como un ladrillo, no cambio mi pensamiento, pienso una cosa y no la cambio bajo ningún concepto. Luego descubrí que éste era un camino equivocado por ser entrenador y decidí por mí mismo dejar Varese. Entrené en Varese cuatro años con un contrato indefinido. Fui a entrenar a un equipo poco conocido, donde debía empezar desde el principio: fui a Turín. Empecé desde el principio porque quería probarme a mí mismo. Ganaba el mismo dinero, no fui por dinero. Percibí que algunas de mis convicciones estaban equivocadas, empecé a cambiar algo en mí mismo. Hice esto pensando un montón. No seas dr. Jeckyll y Mr. Hyde, un hombre en la pista y otro distinto fuera de ella. 

Intento tener siempre el mismo comportamiento. Mis jugadores me conocen fuera y dentro de la pista, algunos son buenos amigos míos. El entrenador debe ser capaz de elegir al jugador correcto para su estilo de baloncesto. Yo soy entrenador profesional y cuando busco a un jugador, tengo que ver sus habilidades. Algunos entrenadores miran el nombre del jugador, pero el nombre no hace baloncesto. Yo tengo que elegir el jugador correcto para mi equipo. Difícilmente elegiré a un jugador que no sea bueno en defensa, y difícilmente escogeré a un jugador con mala actitud. Durante muchos años busqué el Inventario de Motivación Atlética (AMI) una teoría americana. Debe hacer un test al jugador y después de un montón de preguntas, puede tener una imagen real de ese jugador. Rara vez este test está equivocado. Yo utilicé este test no hace mucho, pero no es lo único. Gracias a este test, me he dado cuenta de que alguno de mis jugadores tiene actitudes problemáticas. 

"Un entrenador debe tener fe en sí mismo, como en cualquier otro trabajo. Debe creer en lo que está haciendo sin escuchar a fans, periodistas, etc. Un entrenador debe ser capaz de cambiar cualquier cosa en el momento exacto" 

Cualquier jugador admitirá que hay jugador de mala forma: cuando admiten esto las cosas mejoran rápidamente. 

La razón del comportamiento es sencilla: el contrato, la fama, los periodistas. Solo los grandes campeones hablan sobre los malos partidos. 

Por eso, debemos acostumbrarnos a tomar nuestras responsabilidades, aunque nosotros no seamos los responsables. Pero no lo hagas con mucha frecuencia, podemos parecer estúpidos. Yo me eché encima las responsabilidades del equipo durante el Campeonato de Europa en Praga cuando jugamos un mal partido. Esto fue el año después de las Olimpiadas en Moscú, donde fuimos segundos. Nos sentimos los campeones del mundo y no tuvimos suficiente orgullo para jugar. Por eso asumí toda la responsabilidad, hasta las que no me pertenecían.  

Siempre pienso en ello. 

Sin jugadores de talento no puedes ganar ningún deporte. El campeón es: talento + deseo + entusiasmo. Talento, deseo de ganar, todos los jugadores quieren ser los mejores. El entusiasmo nunca acaba: un jugador lo tiene a lo largo de toda su carrera. El día antes de su retirada tiene el deseo de jugar y superarse a sí mismo. La motivación del entrenador a un jugador sin talento no explica nada. De la misma forma, un jugador con talento sin motivaciones nunca será un buen jugador. 

La motivación resulta útil para los jugadores jóvenes. Tienes que motivarles no sólo para ganar, sino también para que se perfeccionen como hombres y jugadores. Con los jugadores profesionales es distinto: existen motivaciones económicas y morales. Siempre me pregunto: ¿cómo puedo motivar a un jugador que gana tanto dinero?, ¿quién me motivará a mí?. Si el equipo está jugando bien, no hay problema, pero si tengo que dirigir con lesiones, si no tengo tiempo suficiente para entrenar al equipo, ¿qué puedo hacer? 

Durante una reunión en Milán, pregunté a un psicólogo americano, cuál era el camino correcto para motivar a un equipo, y contestó que quizá el mejor camino era no motivar a los jugadores completamente. Esto es porque en un equipo hay jugadores que necesitan motivaciones y otros que necesitan sólo un pequeño incentivo, otros no necesitan nada porque se conocen a sí mismos. Martens me dijo: «Cuando entras en el vestuario y empiezas a hablar sobre motivaciones, algún jugador puede volverse loco porque está listo para jugar, otros pueden necesitar de verdad ayuda, otros no pueden entender». No existe el método exacto para motivar a los jugadores. 

El entrenador debe ser capaz de dar a sus jugadores su papel, no estoy hablando de su papel en el campo (defensa, atacante, base), hablo de su papel en el equipo. El jugador debe saber estas cosas. Ninguno debe sentirse inútil. Los diez jugadores deben sentirse comprometidos porque la temporada es generalmente larga (hablo sobre el campeonato, la selección es diferente). Los jugadores deben saber que el entrenador les trata siempre de la misma forma: son sensibles y deben creer en su entrenador. Si quieren jugar bien, también lo harán por su entrenador. El entrenador debe ser siempre claro y cuidadoso. 

No quiero ser el confesor de mis jugadores, no quiero susurrarlos en la oreja. Quiero hablar con todos en el vestuario. 

Puedo hablar con alguno aparte sólo si me pide algún consejo: puede tener problemas personales y yo debo estar dispuesto a ayudarle. 

No quiero ser demasiado confidente porque los jugadores se pueden acostumbrar y luego volverse quisquillosos tras un consejo. 

Cada jugador debe sentirse bien tratado: el entrenador debe recordar que habla con hombres, no cosas, no me gusta tratar mal a nadie: es como una puñalada en la espalda. 

El entrenador debe saber que espera de un jugador, y ayudarle a hacer el trabajo. Es difícil, con algunos equipos, mantener en forma a los jugadores que están en el banquillo. Hay equipos, por ejemplo, que juegan sólo con seis hombres y los demás les miran todo el tiempo. Estos cuatro jugadores no pueden practicar como los demás que juegan todos los domingos: ellos deben tener algo más, no sólo en la práctica sino también en las relaciones con el entrenador. Los debes tener dispuestos para jugar física y mentalmente: intenta no tenerlos sentados los 40 minutos. Los jugadores en el banquillo deben saber cuál es su obligación es importante. La selección está usualmente compuesta por 12 jugadores, yo suelo decirles a cada uno que deben hacer, a qué jugador deben defender, pero a ninguno le doy la seguridad de que jugará. Algunos son «especialistas», jugadores para situaciones especiales y siempre deben estar dispuestos a jugar. Los debes tener dispuestos a jugar porque no debes destruir lo que has construido en el entrenamiento. 

Tienes que ser capaz de decir algo bonito al equipo, a los jugadores, al preparador: esto es el combustible del equipo ganador. No necesitas hacer nada excepcional, basta con un apretón de manos, una palabra y no sólo después de una victoria, también después de una derrota. 

Hazlo después de un partido pero también en el entrenamiento cuando un jugador hace un buen ejercicio. ¡Esto son cosas útiles! 

Tienes que poner en el pensamiento de los jugadores que el objetivo más importante es el equipo, no las estadísticas individuales. El equipo debe ser un monolito: siempre juntos en las victorias y las derrotas. 

Enseña esto a tus jugadores: odio a los jugadores que miran las estadísticas después del partido. No soporto estas cosas. El entrenador debe poner objetivos razonables para el equipo. No puedo decirles a los periodistas que ganaré el campeonato cuando no tengo equipo para hacerlo. Esto es una actitud equivocada: no hago estas cosas. 

Entrenar no es un trabajo seguro: debemos soportar presiones internas y externas. Las internas son el presidente, que piensa en tener a los mejores jugadores del mundo; las externas son los periódicos, la televisión, los fans. Por eso debemos tener una gran fe en nosotros mismos, en lo que estamos haciendo. Estamos atados con el balance de victorias-derrotas. Todo el mundo sabe que un entrenador perdedor antes o más tarde se convierte en un entrenador antiguo porque nadie piensa en los errores de los jugadores. En mi carrera he recibido los mejores premios de los grandes jugadores que he entrenado; inconvenientes de los peores. Y no soy el único. 

Entrenar a un equipo es sólo parte de nuestro trabajo, el más importante y debemos estar dispuestos a hacerlo. No puedes aprender estas cosas leyendo libros, sino viviendo tu vida. Al principio de tu carrera tienes que crear tu propio estilo, no puedes ir a ver a un entrenador y entonces decirle: «Jugaré así», porque tú no estás seguro de poder entrenar como ese entrenador. Lo primero es elegir un estilo que esté en sintonía contigo mismo. Cuando esa llama se extinga, dejaré de entrenarme. 

Tienes que aprender cómo tener un alto nivel de concentración porque el juego y el entrenamiento son las partes más importantes de nuestro trabajo y nunca debes estar despistado. Tienes que estar concentrado en lo que estás haciendo, en lo que está sucediendo en la pista, porque la concentración te ayuda a tomar las decisiones adecuadas. 

Tienes que ser capaz de «olvidar» el partido cuando acaba, tanto una victoria como una derrota. 

Tienes que ser capaz de sacar al especialista tirador si así lo decides después de meditarlo. Aprendí esto con la selección porque en torneos internacionales jugamos un montón de partidos en pocos días. En las Olimpiadas del 84 jugamos los primeros cuatro partidos en cuatro días. Jugamos un partido por la noche que terminó a las 11:00; después fue el control antidopping y Meneghin hizo su trabajo hasta las dos de la madrugada; al día siguiente jugamos a las cuatro de la tarde (el reglamento dice que no puedes jugar dos partidos en 24 horas). Entrenamos por la mañana, jugamos a primera hora de la tarde. Tuvimos que cambiar nuestro ritmo de vida y trabajar en condiciones especiales. 

Después del partido, sacamos al especialista tirador y empezamos a pensar al día siguiente del partido, empezando por la organización del entrenamiento de la mañana. El entrenador debe estar siempre en buena forma: si vas a la pista en baja forma los jugadores se reirán. Esto es otro ejemplo en dar a tus jugadores. La buena forma física ayuda a la buena forma mental. Esto ayuda a superar el estrés mental. En la selección existe un gran estrés con los partidos. Si no estás en buena forma, en el tercer partido estás más cansado que los jugadores. 

Tienes que ser capaz de relajarte, aprendiendo algún ejercicio: para mí es simple, porque basta con ir a mi oficina y hacer lo que me gusta. Mi hobby es escuchar música o leer algún libro interesante. No puedo relajarme todo lo que quisiera, pero el relax es importante debido al estrés. Si estoy en buena forma, puedo dar lo mejor de mí mismo, si no estoy en buena forma estoy nervioso. 

 La organización del entrenamiento es importante: tienes que aprender esto: tengo todos mis entrenamientos en un bloc de notas porque al final de la temporada suelo leerlos revisando los errores que he cometido. Nunca tiro nada. 

Tengo todos los discursos de los partidos en mi bloc de notas porque quiero ver dónde me he equivocado si es que lo he hecho. Suelo hacer entrenamientos tediosos. A comienzos de temporada, hago entrenamientos largos y aburridos, al final de la temporada el entrenamiento es más tedioso pero no tan largo. 

Creo en las tácticas, pero no del todo. Creo en el talento de mis jugadores y en el que les he enseñado. Antes de cualquier partido quiero sabe todo sobre mis adversarios, sus puntos fuertes y débiles, pero no gasto mi tiempo en tácticas durante los entrenamientos. No tenemos tiempo suficiente con la selección, por lo que debo elegir el arreglo más peligroso del otro equipo. Utilizo el vídeo, pero no me paso las noches viendo partidos. Quiero ver cosas concretas, a veces 10 veces, pero en poco tiempo. Miro el scoutting que mi ayudante ha escrito: estoy interesado en los hábitos de otros equipos. 

Cada jugador tiene su movimiento favorito y mi obligación es evitar estos movimientos. 

Durante un partido se dan situaciones imprevisibles y debemos estar dispuestos a manejarlas. Ésta es la verdadera fuerza de un entrenador. Si un jugador del otro equipo es imparable, debemos ser capaces de adaptarnos a esta situación. 

Suelo entrenar 5 o 6 horas antes del partido. Doy a los jugadores las soluciones exactas con la selección. Con los clubs hago esto en el vestuario antes del partido. Tienes que tener una buena relación con tu ayudante; yo he tenido suerte porque en mi carrera siempre he escogido buenos ayudantes, algunos mejores que yo y que siempre me han ayudado mucho. Un buen entrenador puede reunir todos los conocimientos de los ayudantes: ésta será la mejor parte de su filosofía. El ayudante debe ser inteligente y honesto con el entrenador. Yo suelo decir a mis ayudantes: 

«Durante los partidos debe hablar siempre. Déme consejos siempre: si los adversarios están cansados o nuestros jugadores están cansados, que es lo mejor que hay que hacer en ese momento, si es mejor para nosotros pedir un tiempo muerto. La última decisión es mía». El ayudante siempre puede darme el consejo oportuno. Lo importante es que el entrenador tome la última decisión porque tiene la responsabilidad. Nunca digo: «Me he equivocado porque el ayudante me dijo que cambiara ese jugador». 

El discurso del vestuario no debe durar más de 15 minutos; mis jugadores saben lo que deben hacer y durante la larga temporada están cansados de escuchar comentarios. Tienes que decirles lo más importante de la manera más directa. Hablo sobre la defensa que quiero: sobremarcar la línea de pase, defensa en todo el campo o medio campo. Entonces hablo sobre el ataque: recuerdo la táctica y la más útil para este partido. 

Hablo sobre los errores a evitar. Lo último es la motivación: sólo una frase, la correcta en el momento correcto. 

Minutos antes de empezar llamo a los jugadores para decirles dos cosas importantes. Os digo estas cosas del entrenamiento del día anterior y del vestuario. 

¡Ellos no pueden olvidar estas cosas!. 

En el descanso del primer tiempo, hablo a mi ayudante que me da sus opiniones. Hablo con el doctor para saber sobre la situación de los lesionados, después entro en el vestuario. Hablo con los jugadores durante 5 minutos, les cuento los cambios en la táctica, lo importante y nada más. 

No más de cinco minutos. Los errores de los árbitros no deben molestarte. En mi opinión, muchos entrenadores enloquecen con los árbitros. Yo protesto contra los árbitros, a veces corro detrás de ellos, pero sólo por cinco segundos. Cuando el partido se acaba, les estrecho la mano y me voy. Nunca he sido descalificado por hacer algo después del partido. He sido descalificado por cosas sucedidas en el partido. No pierdas tu concentración, de la mala relación con los árbitros salen un montón de errores. 

Cuando entro en el vestuario el jugador debe estar dispuesto a escuchar. Es difícil porque al final del partido no hay muchos jugadores capaces de entender. Hazles esto: discursos cortos después de los partidos, esto es importante. El entrenador debe ser objetivo porque nadie está seguro de decir las cosas correctas después de un partido. 

El análisis completo viene 24 horas después cuando todo ha terminado, tanto en la victoria como en la derrota, después de que veo el partido en televisión. Puedo encontrar las palabras adecuadas y dar consejos correctos. 

Yo hablo sobre las críticas en el vestuario o en la oficina: no es correcto hablar a los periodistas al respecto, yo lo he hecho algunas veces pero estuve equivocado. Suelo decir todo delante de los jugadores, quiero tratar a todos por igual. Un hombre famoso me dijo una vez: «Seguro que no has tratado a Meneghin como los demás». 

Estaba equivocado: cuando he tenido algo que decir a Meneghin, se lo he dicho. Meneghin dijo en una entrevista unos días después: «La mejor calidad de un entrenador es su sinceridad: cuando él tiene que decirte algo, te lo dice delante de otro jugador de buenas maneras». 

Si tú puedes hacerlo, te sentirás mejor contigo mismo, más honesto. 

Debes encontrar las soluciones técnicas correctas. Intenta no decir: "Ganamos porque este jugador marcó 30 puntos, el otro hizo una buena defensa". Porque los demás jugadores no son escobas, ellos han ayudado a lo largo de todo el partido para que ese jugador pueda marcar 30 puntos. 

Trata de encontrar las notas técnicas con los periodistas. Generalmente dejo el vestuario el último porque quiero ver qué hacen los jugadores después del partido. Hablo con el doctor, para saber si durante el partido ha pasado algo grave que pueda influir en el siguiente entrenamiento, hablo con el preparador, que generalmente es buen amigo de los jugadores. Nunca critico a los demás entrenadores porque pienso que el buen comportamiento es lo más importante en este trabajo. No me gustan algunos pero esto lo dejo en mi interior. 

Creo en el progreso de los jugadores. He visto a jugadores mayores de 30 años, progresar física y técnicamente. 

En baloncesto, un jugador puede aprender un movimiento aunque sea mayor de 35 años, si tiene ganas de mejorar. Debemos tomar algo de cada partido y cada entrenamiento para mejorar nuestros jugadores y nosotros mismos. Nuestro trabajo no es sólo el entrenamiento o el partido, están las bromas con los jugadores, cientos de horas en los hoteles… Recuerda que somos los «líderes» buenos o no, pero siempre debemos dar ejemplo. Por eso debemos explicar nuestro estilo de juego y la manera de trabajar. Talento físico y actitud mental son partes de un show atlético: éstos son los factores más importantes de un jugador de baloncesto. Si un entrenador sólo tiene en cuenta uno de esos dos aspectos, no es un buen entrenador. Es difícil hacerlo. 

El entrenador debe tomar ventaja desde las propias actitudes. Debemos mediar con las estadísticas, otros trabajos no deben hacerlo. Los errores de los médicos pueden terminar en un cementerio. El entrenador es criticado por los periodistas, los fans. Amo el baloncesto y cada día intento mejorarme a mí mismo. 

Ya soy viejo y me cuesta pero cada día intento superarme, dando lo mejor de mí cada vez. 

Tengo algo en mi interior. Soy afortunado porque he tenido la oportunidad de jugar durante mucho tiempo: he jugado en los dos grandes equipos de Milán: Borletti y Simmenthal. He jugado con la selección y la he entrenado, por eso creo que sé lo que es la camiseta azul. Adoro al equipo nacional porque me hizo famoso y me dio la oportunidad de ganar dinero. Amo el baloncesto. Trate de ser tú mismo, no imites a los grandes entrenadores, intenta entrenar con tu propio estilo. 

REGLAS DE ENTRENADORES 

Cómo convertir las palabras en acción. 

1. HAZ MÁS QUE DECIR QUE ERES UN ENTRENADOR, Demostrarlo 

2. HAZ MÁS QUE MANDAR, ACEPTA LAS RESPONSABILIDADES 

3. NO SACRIFIQUES LA LEALTAD AL EQUIPO, ENSEÑALO A TODO EL MUNDO 

4. PONE LA CIENCIA DEL BALONCESTO EN TI MISMO, ENSEÑALO A LOS DEMAS 

5. HAZ MÁS A BUSCAR EL TRABAJO EN EQUIPO, ANÍMALO CON LAS MOTIVACIONES CORRECTAS 

6. HAZ MÁS A RECONOCER EL TALENTO DE UN JUGADOR, AUMENTARLO 

7. HAZ MÁS EN BUSCAR LA FORMA FÍSICA, INSISTE EN ELLA 

8. CREA REGLAS DE EQUIPO: APLÍCALAS CON TODO EL MUNDO 

9. NO HABLAS A LOS JUGADORES, COMÚNICATE CON ELLOS 

10. NO PROCLAMES ESTABILIDAD Y HONESTIDAD, DEMUESTRA QUE TIENES UN EQUIPO 

11. ADEMÁS DE REACCIONAR POSITIVAMENTE A LA PRESIÓN DEL JUEGO, SE TRANQUILO Y AFRONTALO 

12. SI TIENES QUE ASUMIR UN RETO, ACÉPTALO Y DISFRUTALO 

13. NO SUEÑAS CON GANAR. TRABAJA PARA GANAR 

14. NO CONTAR VICTORIAS Y DERROTAS. ANALIZALAS 

15. HAZ MÁS QUE PROCLAMAR TUS IDEAS. DEMUESTRA QUE EXISTE UN EQUIPO 


Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.